Sin duda uno de los iconos de la ciudad imperial de Pekín es este gran complejo. Imprescindible acudir un día entre semana, ya que evitarás 2 horas de rigorosa cola para la compra de las entradas, además podrás ver la impresionante ciudad, solo con mucha gente y no con un “montón”, porque en China, todo es a lo grande… y la ciudad prohibida no es menos. Increíble sus enormes patios y jardines.
Recorrer sus imponentes patios con los niños puede llevarnos unas cuatro horas. Aconsejable rentar la audio-guia para ir complementando la visita y distraer a los peques con los chascarrillos que allí iremos escuchando.