Un pueblo con encanto
Desde mi infancia Sintra es un lugar que siempre me ha encantado. La sierra de Sintra se sitúa sólo a unos 30 km al norte de Lisboa, pero debido a los vientos húmedos del mar que se condensan en la montaña, Sintra parece sacada de otro mundo con su ambiente húmedo y fresco, y la multitud de verdes que dominan el paisaje incluso en la estación estival. Así, desde hace siglos, reyes y nobles han construido allí sus Palacios y villas de recreo, confiriendo al conjunto un carácter casi de cuento de hadas.
Al entrar en la villa de Sintra y encontrar el ayuntamiento, que se parece al de Disneyland, debemos torcer a la izquierda. La carretera que es casi un mirador transcurre siguiendo las curvas de nivel de la ladera, con un valle escarpado y verde a nuestra derecha y el parque municipal a la izquierda. En la cima, entre moles de granito, se levanta el castillo de los moros, muy conocido por los seguidores de la serie Isabel como la residencia de los reyes de Portugal. Es aconsejable dejar el coche y continuar caminando, el viajero se puede refrescar en la Fuente de los Amores y a medida que avanza se avista el palacio municipal, entre verdes y hortensias, que se destaca por sus ventanas de estilo manuelino y la presencia de dos grandes chimeneas cónicas.