Edimburgo es una ciudad repleta de estudiantes, y quizás por este motivo su oferta de ocio nocturno sea tan variada. De todos modos, hay una serie de nociones básicas que hay que tener en cuenta para salir por Edimburgo. El mejor plan suele ser empezar en un pub, ya que suelen abrir hasta la una de la mañana (hasta las tres o cuatro los fines de semana), normalmente tienen entrada gratuita y no exigen un dress code demasiado formal. Además, hay algunas discotecas que te permitirán estar de fiesta hasta el día siguiente, pero suelen ser más exigentes en lo referente a vestimenta que los pubs y la mayoría son de pago.
La zona más famosa para disfrutar al máximo de la vida nocturna de Edimburgo es Grassmarket. Esta pequeña plaza, situada a los pies del Castillo de Edimburgo, tiene en torno a una decena de pubs en los que se puede comenzar a tomar una buena pinta de Tennent’s, Peroni o Guinness para comenzar la tarde como un verdadero escocés.
Cuando cierren los pubs de Grassmarket, tendrás que elegir entre Victoria Street o los bajos del Puente de George IV y la calle Cowgate. En Cowgate hay pubs en los que hay música en directo a diario y cerveza bien barata. Entre todos los de esta zona el pub Stramash es especialmente recomendable, ya que todas las semanas tiene una noche en la que se puede escuchar y bailar música celta. Victoria Street es ideal para cuando, bien entrada la madrugada, busques una discoteca con música electrónica y comercial.
Pero no todos los pubs y discotecas están en la ciudad vieja de Edimburgo. La Ciudad Nueva y el West End son otras zonas ideales en las que se puede disfrutar tomando una copa o una cerveza en pubs y clubs excelentes.
Aunque salir de fiesta por Edimburgo es un plan imprescindible, la capital escocesa ofrece mucho más que pubs y discotecas. Hay una amplia oferta de tours y visitas guiadas que llenan de vida las primeras horas de la noche en Edimburgo. Si a las fachadas oscuras de los callejones de la ciudad se le suman los misterios y leyendas que esconden sus famosos cementerios, ¡las posibilidades son inimaginables!