fachada del palacio Belosselskí
Llega un momento mágico en todos los viajes, deambular por sus calles, estoy ante una ciudad enigmática , un autentico museo al aire libre .
intentare ver y disfrutar de parte del corazón de un lugar tan especial como es San Petersburgo.
Y si es , cuando se van acercando esos cielos desgarrados en rosas , malvas , dorados que mejor comienzo, para mi primer día en la antigua ciudad imperial. Son los momentos del atardecer, por sus calles, puentes sobre alguno de los brazos del rió Neva , como el puente de Anichkov .
Precioso como el que os muestro, data del año 1841 por el alemán Peter Kñodt , ancho cruza la avenida Nevsky . Famoso por sus 4 estatuas de bronce a tamaño natural de hombres domando a los caballos , jinetes en sensación de movimientos, incluso el de sus crines.