Restaurante Les Magnolies

Ya habíamos estado otra vez. Pero decidimos repetir. Valió la pena. El menú -lo cambian cada estación, adecuándolo a los productos de la época- era sugerente, pero la degustación fue insuperable. A cada plato nos mirábamos los 4 y entrábamos en una vorágine de deleites culinarios exquisitos. la vajilla -y no es un tema baladí- se adapta (cual guante a la mano) a los condimentos que acompaña. De todos los platos del menú de degustación yo me quedo con "Ciervo a la quinoa y salicornia" que antecedía a un postre inenarrable. En cambio mi esposa se inclinaba por el "Bacalao con chorizo y judías del ganxet", no menos sabrosos.

La comida y la experiencia gastronómica genial, elegimos un menú degustación y la verdad un 10 calidad precio; El servicio lamentable, parecía que molestábamos, tuvimos dificultades para poder hacer maridaje ya que éramos 6 y solo bebemos 2, decía que salía mejor tomar una botella....y ¿que me importa a mi si queremos hacer maridaje?

Al final el chico aceptó, se debía pensar que las mujeres embarazadas se lo iban a beber todo, en fin, pedimos 7 veces pan, no estaban atentos, interrumpían las conversaciones cada vez, y no mostraban interés en los platos, el somelier nefasto, solo decía: este vino es seco, el otro afrutado.....

Un jardín repleto de magnolias rodea este lugar que ofrece un ambiente romántico y acogedor para degustar los más deliciosos platos de la cocina catalana tradicional. El establecimiento se encuentra situado en una casa señorial del siglo XIX. En cuanto a la oferta gastronómico cabe mencionar que la carta se adapta a la temporada, de la cual dependerá la frescura de los alimentos, pero el chef está disponible para recomendar a los comensales las sugerencias del día.