Restaurante Albatros

Llegué a este restaurante tras dar una vuelta por Comillas, y como el día estaba lluvioso, tampoco busqué mucho. El camarero de la puerta me saludó muy simpático, y viendo que el precio del menú del día era lo normal en la zona (sobre 12€), le dí una oportunidad.

Los platos eran corrientes, teniendo de primero para escoger paella o cazuela de pulpo, y de segundo pescado del día a la parrilla, hamburguesa o pollo.

Platos sencillos y en raciones justas, un poco pequeñas para lo normal en el norte, aunque suficientes para quedar satisfecho.

Lo mejor del lugar es lo bonito

Nos llamo la atención el rincón donde se ubica. Dentro de las especialidades nos decantamos por la parrilla con bogavante. Espectacular, deliciosa, nada que ver con otras marisquerías de la zona. Económico.

Nuestra experiencia fue mucho peor que la de Víctor, aunque coincido con él en que el rincón donde está ubicado es precioso. Pero vamos, para no volver. Comimos de menú y la comida dejaba mucho que desear además de cobrar el vino a parte sin avisar (supuestamente porque era blanco y ese no entraba). Baja calidad

Lugar genial apartado del bullicio habitual de los restaurantes de junto a la iglesia. Si vas con animales incluso te dan un cuenco con agua para ellos, probamos el arroz con bogavante que nos dejo sin palabras, exquisito.

La comida muy buena, pero la espera para la comida ha sido interminable, más de 30 minutos para que trajeran el segundo plato.

A nosotros nos engañaron vendiéndonos marisco a buen precio y bueno y es caro y malo.