Le Bougainvillé

No volvería a repetir la cocina del Bougainvillé, porque pedimos una pizza, que no tenía nada especial. Es una comida sencilla, como la de un snack, pero el interés del lugar es que comes en una encantadora casa tradicional. En la planta baja hay un patio con mesas, y una sala que era el antiguo salón de recepción del edificio. Arriba no había nadie, mientras abajo estaba a tope. Pudimos comer en menos de una hora, algo bueno porque con tanta gente temíamos que tardara mucho la comida. Digo que no volvería a repetir la comida porque no me pareció fantástica, pero por el entorno volvería a tomar un té de menta o tal vez un desayuno en este lugar.