El Lavatorio de Cefalú

Cefalú es una caja de sorpresas, y una de ellas es el Lavatorio, o el antiguo lavadero del pueblo. Este es un rincón especial, realmente bello y donde la quietud y la calma te rodean, a sólo dos pasos de una de las calles principales del pueblo.
Es un rincón propiamente dicho, encajonado entre varias casas que alzan sus paredes hacia el cielo, pero allí "abajo" se está fresco en la sombra, se oye el agua correr, y si se hace un pequeño esfuerzo de imaginación, se ve a las mujeres lavando su ropa. Dicen que hasta no hace muchos años así era, así seguía siendo.
De inspiración árabe, de factura medieval, es un lugar inolvidable que no hay que perderse... y para eso hay que andar un poco listo, porque es fácil pasar de largo. Sólo una verja y unas escaleras nos llevan hasta él. No se ve desde la calle (Vittorio Emanuele, que discurre paralela al mar), supongo que de este modo las mujeres tenían garantizado su lugar de intimidad, donde charlar de sus cosas y de las de los demás mientras cumplían con una de sus interminables tareas, mientras frotaban esforzada y diligentemente las ropas de su casa, de los hombres, de sus hijos, las suyas propias.

El casco antiguo de Cefalú está repleto de rincones mágicos que te transportan en el tiempo y te dejan sin palabras. Uno de los que más me impresionó fue el Lavatoio. Se trata de un lavadero del siglo XVI que se encuentra casi escondido en un rincón de la importante vía Vittorio Emanuele. La verdad es que si no lo conoces puedes pasar por la calle sin detenerte en este rincón porque está bastante escondido. Se encuentra situado en una especie de patio de una casa aunque la puerta siempre está abierta. Cuando entras te das cuenta de que es un lugar asombroso, lo primero que descubres son unas preciosas baldosas que te van adentrando en el lavadero. El lavadero está en un estado de conservación perfecto y se encuentra asentado en un manantial que era muy importante en la antigüedad.

Se accede recorriendo la vuelta, por la calle corso roggero (la peatonal comercial) y al final de ella hacia la V. Emanuelle, la otra cuasi peatonal pasan frente a todo el patrimonio cultural, en este punto, bajando unas escaleras está el lavatorio medieval.