Relais du Silence Hotel & Spa Etxegana

Llegamos al Hotel Etxegana, y lo primero que nos sorprendió fue la majestuosidad del edificio, el ladrillo y la madera nos recibían con calidez, la misma que demostró el personal. Una vez dentro del edificio nos conquistaron los detalles, la madera labrada con esmero con esencia de tierras lejanas captó nuestra atención, como cuando aterrizas en un país extraño al principio de un viaje y no dejas de mirar a todos lados con los ojos bien abiertos.

Dejamos las cosas en las habitaciones, cuidadas al detalle, amplias y luminosas y fuimos a diferentes lugares de la zona. Volvimos a la hora de la cena, que mas que una cena fue una degustación de placeres, con influencias locales y de otros países. El bar restaurante es simplemente espectacular, si venís no podéis perderoslo y de nuevo, no dejéis de fijaros en todos los detalles.

De todos los lugares donde nos alojamos en Gorbeialdea, el Etxegana probablemente sea el que más me gustó.

Está en un lugar tranquilo y muy bonito, con zonas para pasear y disfrutar del entorno natural que lo envuelve, en completo silencio.

Las habitaciones son amplias y espectaculares, muy relajantes, con una decoración fantástica basada en la madera. Está finamente trabajada por todo el hotel y es sinceramente espectacular el nivel de detalle que tiene. Todo el hotel tiene detalles que vale la pena ver.

El bar Inglés es fenomenal, una pena que no pudimos tomarnos algo.

Al llegar y aparcar el coche en su parking privado, te encuentras de frente con una gran casa y jardín con terraza cubierta. Se vislumbra desde fuera una clara tendencia asiática en la decoración con preciosos bonsais en la entrada y la terraza que cuenta con un quiosco con mesas y sillas para disfrutar del desayuno.

Una vez dentro, predomina la decoración de tipo asiático, tailandés o camboyano, con preciosas tallas en los marcos de cada puerta, vitrinas y demás. Cuenta con preciosos salones de estar con amplios sofás y una preciosa y acogedora sala de reuniones. Además cuenta con un estupendo restaurante y bar gustosísimamente decorados.

Un lugar perfecto para amantes de la naturaleza y para desconectar de la vida cotidiana. Un 8 sobre 10.

Hicimos una escapada relámpago para desconectar y relajarnos, y lo conseguimos con creces. Trato encantador, habitaciones acogedoras y situación del hotel espectacular en plena montaña. Spa correcto. Gastronomía muy buena. Sin duda muy recomendable.