Hotel Gran Jimenoa

El hotel Gran Jimenoa originalmente fue la casa campestre de descanso de la familia propietaria, construida en la ribera del río Jimenoa y entre montañas. A finales de la década de1990, sus miembros decidieron convertirla en alojamiento y descanso para quienes visitaran a Jarabacoa.

El recinto fue creciendo poco a poco y hoy en día cuenta con 65 habitaciones clasificadas en suites y apartamentos; las mismas tienen vistas a las montañas, al río o a la piscina.

El hotel mantiene una vocación ecológica, tanto de la decoración, como de la jardinería y el entorno; la vegetación es abundante y tropical. Se respira tranquilidad siendo un espacio que invita al descanso e incluso a la meditación si elige un área cómoda, y el sonido del río le serviró de fondo musical.

El paso del río Jimenoa y la naturaleza es lo que convierten este hotel en un lugar ideal si lo que deseas es desconectar de la ciudad. Las fotos fueron tomadas desde el restaurante del hotel que está en la orilla del río. Para llegar hay que pasar por una carretera sin asfaltar, por lo tanto lo ideal es ir en vehiculos altos.

Le doy cuatro estrellas a este hotel porque considero que deben tener mejor mantenimiento en las habitaciones. Digo esto porque me hospedé en una junior suite con vista al río y el precio era muy elevado (casi 7000 RD$ por dos personas solo con desayuno incluido) para verse la habitación con algo de descuido. Y del restaurante debo mencionar que en el café había un huevo de cucaracha.

El lugar es bellísimo, pero el hotel debe ser manejado por alguien que sepa de hoteles, aunque el personal se esfuerza no están bien dirigidos, mi ducha no sirvió, toda el agua salía por debajo y arriba tres gotas , en la madrugada cierran el suministro de agua, la ropa de cama es muy corriente y la almohada super incomoda, una que otra cucaracha en la habitación , en el comedor de desayunar el tostador no funciona pero la comida es buena.
Con una buena dirección esas pequeñeces se resuelven y la estancia sería perfecta. Le doy 3 de 5 estrellas

Estoy ahora mismo hospedado en el hotel, llegamos esta tarde, jueves 28, y al llegar nos interesamos por hacer parapente pero nos dijeron que él viento estaba muy fuerte.
Pues decidimos luego montar a caballo y en lo que supuestamente llegaban nos tomábamos un trago, al volver a la recepción nos dijeron que la persona encargada del paseo a caballo estaba ocupado con otros clientes, osea que solo hay una persona designada para ello.
Al preguntar que otra actividad podíamos realizar nos dijeron en recepción que podíamos ir con nuestro propio vehículo al salto o bien irnos al pueblo. Osea vinimos solo a pagar por dormir aquí cuando se supone que incluye esas atracciones.

Todo muy al natural, ubicado en un alto con una hermosa flora y fauna.