Está en la última planta de la visita a la Guinness Storehouse y se trata de un bar de planta circular cuyas paredes son cristales que te permiten tener una vista de 360º de Dublín. Un maravilloso punto final para este ascenso en la historia de la Guinness, además degustando con el precio de la entrada una de sus famosas pintas.
Este bar se encuentra en la última planta del Guinness Storehouse. Entonces vas visitando el museo, y subiendo cada vez más hasta alcanzar este lugar con las mejores vistas a Dublín. En el primer plano, están las inmensas plantas de Guinness, la parte de la fábrica, y la parte más de logística, de donde salen los camiones para proveer la cerveza negra a la ciudad, el país y el mundo. Luego un poco más atrás, puedes ver el barrio medieval de Dublín, los edificios bajos de las calles estrechas de Temple Bar, y el río Liffey, sus puentes y edificios oficiales.
Por el otro lado, es una ciudad más residencial que observas, y si hay buen tiempo, podrás ver hasta las colinas en el fondo que indican la salida de la ciudad.
Después de ver el museo de la Guinnes, te tomas una pinta mirando la ciudad desde arriba.
Con la entrada tienes la opción de un curso de tirar cañas o tomarte una pinta aquí.
Hay una aplicación para el teléfono para identificar los edificios singulares que ves desde este mirador.
Pero perfecto para reclamar tu pinta gratis y apreciar la ciudad.
