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Frescos en Florencia: el Renacimiento en la pintura

    Frescos en Florencia: el Renacimiento en la pintura

    Pocas formas de arte están tan entrelazadas con el Renacimiento como el fresco, por lo que es natural que Florencia, la ciudad que vio nacer este movimiento artístico, sea el hogar de algunos de los frescos más famosos e impresionantes del mundo.

     

    Mientras que muchas de las iglesias y palacios de Florencia están repletos de hermosos frescos, hay dos que se destacan por encima del resto. La primera es la Capilla de Brancacci en la Iglesia de Santa Maria del Carmine, ubicado en el corazón del barrio de Oltrarno. Esta capilla está decorada con frescos exquisitos de Masaccio que representan la vida de San Pedro y son frecuentemente comparados con los de la Capilla Sixtina por su increíble técnica y simbolismo. En segundo lugar, los frescos de Fra Angelico en el Museo Nacional de San Marcos son un verdadero estudio en luminosidad, detalle y delicadeza, y se encuentran entre los frescos más estudiados en de todo el mundo.

     

    Si bien estos pueden ser los dos frescos más famosos de Florencia, de ninguna manera son los únicos que merecen la pena ver. La Basílica de Santa Maria Novella alberga impresionantes frescos de Masaccio así como dos de las obras más famosas de la ciudad, la Capilla Tornabuoni con sus frescos de Ghirlandaio y la Capilla Strozzi adornada con excelentes frescos de Filippino Lippi que representan la vida de San Juan. Otra de las obras más importantes se encuentra en la Basílica de Santa Cruz, cuyos frescos del siglo XIV del legendario pintor Giotto sirvieron de inspiración para muchos de los pintores más importantes del Renacimiento.

     

    Por supuesto, no podemos hablar de arte en Florencia sin mencionar a los Médicis, la familia más poderosa de la ciudad durante la época del Renacimiento. En el punto culminante de su influencia, los Medicis promovieron la creación de exquisitos frescos del artista Giorgio Vasari, diseñador de la Galería Uffizi, para decorar los pasillos del Palazzo Vecchio y la enorme Cúpula de Brunelleschi que corona el Duomo de Florencia. La oportunidad de admirar los frescos de Vasari del Juicio Final desde la pasarela que rodea la cúpula ya vale el precio adicional de la entrada.

     

    Finalmente, una de las joyas artísticas más curiosas y poco conocidas de Florencia son los diversos "cenacolos" en toda la ciudad. Estas bellas representaciones de la última cena se pueden encontrar en la Basílica de Santa Cruz, la Basílica de Santo Spirito y la Iglesia de Ognissanti, entre otras, pero la obra más célebre es la de Andrea de Sarto en la Iglesia de San Salvi.

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