Morella

La antigua comarca del Maestrazgo, una región que se extiende más allá de los límites de Castellón con la provincia de Teruel, tiene junto a su vecina comarca de Els Ports una historia ancestral y una fuerte personalidad.

Del medievo son sus pueblos fortificados y sus edificios góticos; sus casonas renacentistas e iglesias barrocas se construyeron más adelante, gracias al auge económico logrado mediante el comercio de la lana.

A pesar de tan larga vida, fue un hito medianamente reciente lo que marcó a sangre y fuego a Els Ports-Maestrat y dejó una huella en el carácter sereno y humilde de su gente. Las guerras carlistas fueron aquí particularmente cruentas y contaron con un personaje intrépido y violento: el Tigre del Maestrazgo. El temido general carlista Ramón Cabrera dejó leyendas y anécdotas de las que todavía se habla, especialmente en Morella, de la fue Conde.

La Ciudad de Morella es una de las mas bellas de España. Aún amurallada, posee todo el encanto de los tiempos medievales y pasear por sus calles te transporta a otro lugar en la tierra que no pertenece a lo actual ya que respeta todo lo antiguo y lo mantiene nuevo.

Es un pueblo amurallado que guarda la esencia medieval. Llegando desde Vinaròs por la Nac. 232 aconsejo su segundo acceso que os llevará directamente al parking. El pueblo es peatonal. Da gusto pasear por sus calles con tiendecitas de souvenirs, tomar un cafetito en la calle viendo la gente pasar y comer en algún restaurante. Si veis que hay mucha gente, al llegar reservar en algún restaurante y luego ir a visitar el pueblo.
Este año, en la segunda mitad de agosto sus calles estarán engalanadas. Celebra el Sexeni, fiesta que solo se hace cada 6 años.

Experimentar el placer de pasear por las sinuosa callejuelas de la ciudad fortificada de Morella, degustar un plato típico en cualquiera de sus bares, admirar sus murallas, respirar el aire cálido de la montaña.

La ciudad Fortificada de Morella es un enclave para disfrutar con todos los sentidos, pasear por sus angostas calles, respirar el aire puro de la Montaña, divisar el paisaje desde su castillo.
Sus fiesta y tradiciones son excepcionales.

Antes de llegar a Morella desde Monroyo, lo primero que llama la atención, es la habilidad de las gentes de la tierra para hacer muros de piedra, ¡sólo con pequeñas piedras!. Los utilizan tanto para hacer terrazas en el terreno, formando así, bancales de cultivo. También para marcar los lindes de las parcelas, pequeñas "bordas" de pastores, etc.
Muros estrechos que sortean los accidentes del terreno y que sólo Dios sabe, cómo se aguantan.
Un poco más adelante y a modo de examen de lo aprendido, con las pequeñas, se atreven con otras mayores y te hacen... un acueducto!. Te estás acercando a la espectacular Morella.

Con su historia, con lo romántico de sus calles, con su gastronomía, su gente tan simpática... ¡muy recomendable!