La Musa Latina

Fuimos con la idea de cenar en el Junk Club, parte de abajo de La Musa pero ya no existe, ahora es todo de La Musa Latina. El restaurante es moderno y tiene muy buen ambiente, para aquellos que prefieren terraza está también esa posibilidad en la misma plaza.

Pedimos un menú degustación, que es para dos personas, y estuvo todo muy rico, cantidad justa y productos muy frescos. La degustación trae 4 platitos calientes, 3 fríos y uno que dan a elección. Lo traen en 2 tandas la primera trajo una ensalada de pimientos, tomates, pepinillos y trozos de nachos muy bien alineada, 4 makis, 4 trozos de salmón con aguacate y mayonesa y mostaza y nuestro plato de elección que fue crema de croquetas de jamón con tostadas. Todo muy sabroso.

¡Menudo descubrimiento! Uno últimamente cuando va de "tapas" por Madrid sabe que difícilmente le van a sorprender. Pues a mi de este sitio me sorprendió todo, su ambiente, su decoración (tiene un mini jardín vertical), su comida y su bebida.

El sitio es muy agradable, mesas de maderita, luz perfecta, gente que no grita y supongo que un buen servicio, de eso ni me acuerdo. Había oído hablar mucho y bien de su "bomba de patata". Y cuando alguien te habla tanto y tan bien de un plato luego te suele decepcionar (gracias Rocio). Pues en este caso, todo lo contrario, una pasada de tapa, ¡la tienes que pedir! Segunda sorpresa: el jabalí de la Musa, IMPRRRRESIONANTE! Han conseguido ese toque suave tan difícil de conseguir en platos tan contundentes (gracias Santi). Las empanadillas japonesas también muy buenas, te las puedes pedir.

En Madrid tenemos la suerte de contar con varios restaurantes del grupo La Musa. Todos ellos de ambiente agradable y moderno y con tapas tan tentadoras como los tomates verdes fritos, el jabalí glaseado con sobrasada y miel, y la bomba (esa impresionante patata rellena de carne y cubierta con tres salsas igualmente deliciosas). Mención especial merecen sus riquísimos postres, como la tarta de queso. La Musa Latina, que se sitúa en el barrio del mismo nombre, en plena Plaza de la Paja, tiene además la ventaja de hacer las veces de cafetería. Dos de sus grandes atractivos son su terraza, perfecta para el verano y los días de sol y su amplio salón interior de decoración totalmente renovada y ecléctica.

Nos decantamos por el que se encuentra en El Barrio de las letras, zona súper recomendable para pasear, a mí personalmente me encanta y siempre que voy ves caras famosas. Me gustó mucho el rollo que tenía el establecimiento donde compartimos mesa con otras 2 personas (es algo opcional).

También tienen un jardín vertical que a mi me flipa. Me despisté y no baje a la parte de abajo donde se encuentran los baños y otro comedor con arcos que simula una bodega por lo que me dijeron mis acompañantes. Comimos de menú y entre plato y plato no fueron muy rápidos la verdad.

El establecimiento dispone de terraza que da a una plaza muy agradable.