Hotel Luxury Bahia Principe Cayo Levantado

El hotel se encuentra en la paradisíaca Isla Bacardi, conocida por el anuncio que se rodó en una de sus playas sobre el conocido ron que le dio este nombre. Se puede acceder a ella en barco, en menos de media hora apróximadamente desde Samaná. Cuando piensas en el paraíso la imagen que te viene a la mente se asemeja mucho a este lugar.

El resort ocupa el 80% de la isla y está acondicionado con todo lujo: piscinas con música chill out, playas privadas con arena blanca y aguas cristalinas, spa, buffet…

En nuestra llegada al hotel, nos recibieron con un fresquito cóctel de bienvenida, así como una toallita húmeda para refrescarnos la cara y las manos.

El viaje hasta Cayo Levantado ya intuye que no vas a querer irte de ahí tan pronto. Es el lugar ideal para desconectar porque está situado en su propia isla y además es solo para adultos, así que es la opción más recomendada para poder relajarte sin preocupaciones y compartir unos días con alguien especial.

El hotel tiene todo lo que necesitas, desde dos piscinas, una de ellas chill out, para poder leer o echarte un rato en la tumbona sin apenas ningún ruido y otra más activa. Además otra zona de piscinas con jacuzzi, una zona de spa con circuito termal (los masajes de 50 minutos son alucinantes) y una serie de restaurantes temáticos, además del buffet con show cooking, y barbacoa en vivo para las carnes. El servicio, excelente, muy atento, con mucho sentido del humor y con risas por encima de todo, lo que es una constante en República Dominicana.

Un hotel ultra lujoso en su propia isla, eso es ni más ni menos este hotel. Catalogado como 5* GL, este hotel es ideal para disfrutar de esta paradisiaca isla sin que nada nos moleste. El hotel es sólo para adultos y hay que acceder en barco.

Podemos alojarnos tanto en el edificio central como en los bungalows que hay repartidos por Cayo Levantado, por lo que hay opciones para todos los gustos.

En la isla podemos disfrutar de un par de playas totalmente paradisiacas, con aguas transparentes y finas arenas. Una es exclusiva para el hotel, por lo que sólo pueden ir sus huéspedes, y la otra, abierta a todo el mundo, es tan grande que dudo que se llene. La llaman Playa Bacardí porque en ella se grabó un anuncio de este ron, así que posiblemente nos resulte familiar al pasear por sus arenas.